TRASTORNOS DEL OLFATO.    ANOSMIA

El olfato es uno de los sentidos mas antiguos, que los mamíferos emplean para atacar y defenderse, para buscar comida y para la relación social.

En el hombre las funciones quedan mucho mas limitadas, como demuestra el escaso tamaño dentro del cerebro del sistema olfatorio, pero se mantienen funciones imbricadas con la relación social, parte de la alimentación e incluso protección frente a ciertos peligros.

Se habla de que en mas del 15% de la población se pueden presentar alteraciones del olfato, generalmente menores pero en algunos casos pueden causar gran alteración en la calidad de vida de las personas.

Las alteraciones del olfato son un problema frecuente en la población general, estimándose que un 18% de la población ha presentado algún trastorno sensorial olfatorio, fundamentalmente HIPOSMIA (reducción de la capacidad olfatoria) si bien en muchos casos hablamos de ANOSMIA (pérdida completa de la capacidad olfatoria), siendo la estimación de personas con anosmia en España del orden de 200.000. En otros casos se habla de PAROSMIA, en la que se produce distorsión de la percepción del olfato.

En este momento la presencia del COVID-19, una nueva enfermedad que ha cambiado el curso de la vida en todo el mundo ha puesto de manifiesto la presencia de un problema que siempre ha estado ahí, pero ahora tiene mas repercusión mediática. 

Se ha demostrado que uno de los síntomas presentes en la enfermedad por coronavirus COVID-19 es la pérdida de olfato. 

En este artículo de revisión se ha demostrado que en aproximadamente 4 de cada 5 pacientes con COVID se produce un trastorno del olfato.

En la mayoría de casos se recupera espontaneamente en poco tiempo pero muchos casos esta recuperación no se produce de forma adecuada.

CAUSAS DE ANOSMIA

La anosmia es un síntoma que se produce por múltiples causas, puede ser por infecciones respiratorias, muchas de ellas comunes, como catarros víricos, o actualmente por COVID-19, también por traumatismos  y golpes en la cabeza, por el uso de tóxicos, como el tabaco o intoxicaciones por plomo así como por otras enfermedades nasales como sinusitis o pólipos nasales.

No podemos olvidar en en un pequeño número de casos se produce por enfermedades mas graves como tumores en alguna zona de la vía olfatoria.

SINTOMAS DE LA ANOSMIA

La ANOSMIA se define como la pérdida de olfato. Pero esta pérdida tiene una graduación y puede perderse parcialmente, hablándose entonces de HIPOSMIA o totalmente. En algunos casos se producen distorsiones de la percepción del olfato, que se denominan PAROSMIA, en cuyo  caso se cambia la  percepción de la sustancia que se está oliendo, ello pasa a veces cuando un paciente se encuentra en proceso de mejorar el olfato tras una alteración. 

Habitualmente una parte importante de las sensación gustativa de las comidas viene mediada por la percepción olfatoria de los alimentos, que permite identificar de que alimentos se trata. En caso de pérdida de olfato también se pierde esta percepción gustativa, en lo que se denomina DISGEUSIA.
Además en otras ocasiones podemos encontrar otros síntomas, generalmente de la causa que lo ha producido.

¿COMO SE VALORA UNA  PERDIDA DE OLFATO?

En caso de pérdida de olfato se debe hacer una valoración sistemática con varias partes y con una exploración Otorrinolaringológica dirigida al problema de olfato, 

El médico le preguntará sobre sus antecedentes personales y familiares, así  como las enfermedades y tratamientos previos.
También deberá informarle sobre el estado  de su olfato previamente.
Deberá conocer también las  características  que rodean a la pérdida de olfato, si hay alguna circunstancia, enfermedad o situación desencadenante previa  y cuando y como se ha producido la pérdida. También como  ha evolucionado y en cuanto tiempo. 
Deberá informarse  sobre la presencia de otros síntomas acompañantes  sea en la nariz, como mucosidad, congestión o sangrado, o fuera de la nariz, como trastornos de la visión o dolor de cabeza.

EXPLORACION

Su médico le realizará  una exploración nasal, llamada Rinoscopia y tras ello una endoscopia nasal para estudiar la estructura de la nariz por dentro , pues puede haber enfermedades en la nariz que pueden producir  anosmia.

En algunos casos su médico puede solicitar algún tipo de exploración radiológica para  estudiar aspectos concretos de la nariz  o  de la  vía  del  olfato.


Además su médico puede recomendar la realización de una exploración del olfato,  hay algunas exploraciones objetivas, generalmente específicas de laboratorios de investigación pero  generalmente se emplean exploraciones subjetivas  que es lo que se llama OLFATOMETRIA.


OLFATOMETRIA

La OLFATOMETRIA es un estudio  realizado por su Otorrinolaringólogo  que permite determinar su capacidad olfativa. Este estudio se realiza exponiendole a la percepción e identificación de una serie de aromas conocidos para averiguar como percibe los olores. 

Existen diversos métodos, pero todos ellos tienen en común que el paciente tiene que indicar la percepción que nota. Con los datos resultantes de su olfatometría su médico determinará  cual es la  intensidad de su pérdida de olfato. 

Con esos  datos y los datos del resto de exploración se puede plantear la estrategia de tratamiento mas  adecuada.

TRATAMIENTO DE LA ANOSMIA


Para tratar la anosmia, sea por COVID o por otro motivo, hay que hacer una serie de condicionantes, en primer lugar, la mayoría de las anosmias recuperan espontáneamente en un plazo corto de tiempo. 

Solo algunas de ellas persisten el tiempo.

Además resulta importante determinar en esos casos si no existen otras razones para ello, y su otorrinolaringólogo estudiará su nariz para determinar que no hay otros problemas.
En caso de presentar algún otro problema, según la naturaleza del mismo se le planteará un posible tratamiento, como puede ser en el caso de una sinusitis o un problema local.


En los casos en que no se aprecie una causa tratable de la anosmia se puede plantear la realización de un ENTRENAMIENTO OLFATORIO. Este entrenamiento, descrito en el 2009 por Thomas Hummel ha demostrado eficacia a la hora de mejorar la función nasal en pacientes con pérdida de olfato y se puede considerar una técnica de tratamiento consolidada para la anosmia, si bien no se debe olvidar que es imposible garantizar la mejora de forma absoluta y completa pues hay casos con insuficiente respuesta.