El proceso de la deglución se divide en tres fases, fase oral, con la
preparación oral del alimento, que en la fase de propulsión oral se transporta desde la boca a la orofaringe, e inicia la fase faríngea que propulsa el bolo hacia el esfínter esofágico superior, inicialmente cerrado y se abre para dar paso a la fase esofágica de la deglución.
En este punto de unión entre las fases faríngea y esofágica se localiza el esfínter
esofágico superior, cuyo componente mas notable es el músculo cricofaringeo,
refuerzo inferior del músculo constrictor inferior de la faringe a nivel de las
vértebas C5 y C6. Este músculo constrictor inferior tiene, además del músculo
cricofaringeo, como refuerzo inferior de fibras horizontales, unas fibras
oblicuas que dejan una zona mas débil triangular entre ambas porciones denominada
triángulo de Laimer, zona que a veces se hernia dando lugar a los divertículos
de Zenker.
En algunas ocasiones se producen ciertas alteraciones denominadas
globalmente disfunción o incoordinación del músculo cricofaríngeo,
según el cual no se llega a producir esta relajación pudiendo estar incluso mas
contracturado, hablándose de acalasia cricofaringea, en comparación con la
acalasia del esfínter esofágico inferior.
La disfunción del músculo cricofaríngeo o acalasia cricofaringea es
un trastorno motor en el que se produce una alta de relajación del
cricofaringeo durante la fase faríngea y esofágica de la deglución, es decir la
presión que debe relajarse para permitir el paso del alimento no solo no se
produce sino que puede aumentar lo que causa una dificultad para el paso de
dicho alimento al esófago, sobre todo para alimentos sólidos, así como aumento
de presión por encima del cricofaringeo, pudiendo herniarse la pared faríngea a
través del triángulo de Laimer, que podría ser génesis del divertículo de
Zenker.
El origen no es bien conocido, se habla de alteraciones en los plexos
nerviosos que inervan la musculatura faringoesofágica, alteraciones del sistema
nervioso central, visible a veces en pacientes neurológicos como enfermos de
Parkinson o con ictus de tronco y a veces se ha relacionado con el reflujo del
contenido gástrico, etc.
El paciente refiere sensación de globo o masa a nivel de la parte baja de la
garganta, con dificultad para la deglución del alimento fundamentalmente sólido.
En raras ocasiones pueden tener alteraciones de seguridad con tos durante la
ingesta.
Se ha de descartar la presencia de enfermedades neuromusculares o miopatías
inflamatorias, así como valorar los tratamientos farmacológicos tomados por el
paciente pues en algunos casos pueden causar cierta disfagia asociada.
El diagnóstico de la acalasia cricofaringea se basa en primer lugar en una
detallada anamnesis de los síntomas del paciente, que en profesionales expertos
va a orientar a un trastorno del esfínter esofágico superior.
Posteriormente debe realizarse una evaluación endoscópica mediante una
Videoendoscopia de Deglución (FEES) en la que suele ser característico, en
manos de profesionales expertos la presencia del denominado signo de la oleada
en el que el contraste deglutido refluye a la faringe como si se tratara de la
marea que vuelve a traer el agua a la playa.
Por último resulta clave la realización de una exploación radiológica en posición
lateral, destacando la Videofluoroscopia de deglución, en lo que es característica
la presencia de una muesca a nivel C5-C6 en la parte posterior de la región faringo
esofágica con mas o menos componente obstructivo y que dará idea de la
severidad del cuadro.
La presencia de esta muesca a nivel C5-C6, denominada “barra cricofaringea”
es característica patológica pues no se nota en sujetos normales.
La manometría esofágica, es apropiada para la confirmación diagnóstica, pero
su utilidad es menor que la de la videofluoroscopía.
Los resultados pueden verse en estas dos imágenes, en las que se ofrece una imagen de la videofluoroscopia de deglución en la misma fase del mismo paciente antes y despues de ser operado según esta técnica, con una mejoría perceptible.
Los resultados de esta técnica son excelentes, tal como vemos en las imágenes, pero requiere
experiencia para evitar la posible complicación de una fístula mediastínica,
que debe ser reconocida y tratada de forma adecuada.