La tos es un mecanismo reflejo que tiene como función la protección de la vía aérea de la entrada de cuerpos extraños, inhalaciones nocivas o limpieza del moco contenido en la propia vía aérea.



¿QUE ES LA TOS? 

El mecanismo de la tos consta de una inspiración amplia seguida de un golpe expulsivo del aire inspirado contra unas cuerdas vocales cerradas para incrementar la presión de expulsión respiratoria. Este golpe causa la abertura brusca de la glotis (cuerdas vocales), generando un incremento de flujo espiratorio que arrastra las partículas y elementos a expulsar.
El disparo de este reflejo se produce mediante un arco reflejo complejo que se dispara por la estimulación de receptores en la propia vía aérea. 

Estos receptores se localizan a nivel de la vía respiratoria superior, en fosas nasales, senos paranasales, faringe, laringe y esófago, con especial relevancia los localizados en la laringe.  En el oído externo existen también receptores tusígenos, mediados por el nervio neumogástrico.

Pero también podemos encontrar receptores en torax, a nivel de la traquea, bronquios, pulmones, pleura e incluso a nivel del corazón.


En ocasiones existen alteraciones a lo largo de la vía refleja de la tos que causan alteraciones en la fisiología normal de la tos y cuando esta acción se vuelve repetitiva o se manifiesta fuera de las condiciones de normalidad fisiológica de su intensidad, duración, frecuencia, o repercusión hablamos de tos como síntoma. En este caso, la tos es uno de los síntomas más frecuentes que acompañan a las enfermedades respiratorias y, en muchas ocasiones, su única manifestación.

Estas alteraciones de la tos pueden producir:

-       Hipotusia: Reducción del reflejo de tos, cuya máxima expresión es la Atusia, en la que no hay reflejo tusígeno.

-       Hipertusia: Excesivo reflejo tusígeno ante estímulos tusígenos conocidos.

-       Alotusia: Excesiva tos sin estímulos tusígenos conocidos.