CANCER DE TIROIDES

El cáncer de tiroides es una patología que se presenta con baja frecuencia, que representa solo el 1% de los tumores malignos diagnosticados, de forma que en el año 2015 se diagnostican un total de 3307 nuevos casos, de los que 2442 son mujeres y 865 varones, lo que nos orienta a la mayor frecuencia en sexo femenino, y en su mayoría tiene un origen epitelial procedente del ectodermo.

Su comportamiento tiende a ser poco agresivo, salvo alguna variedad histológica, con una tasa de curación de mas del 90% de los casos.

La forma de presentación suele ser prácticamente asintomática, manifestándose como un bulto o masa cervical anterior o un nódulo tiroideo. No suele asociar dolor llamativo ni cambios en el metabolismo tiroideo. Aunque el nódulo tiroideo es la principal forma de inicio del cáncer de tiroides, no debemos olvidar que la gran mayoría de los nódulos tiroideos son benignos, existiendo unos protocolos de diagnóstico muy claros en el nódulo tiroideo.

En general no se ha confirmado ninguna causa clara del cáncer de tiroides, como sucede con el tabaco en el cáncer de laringe o el virus de papiloma humano en el de orofaringe, pero se habla de factores de riesgo en que incrementa la frecuencia de cáncer de tiroides, como es la exposición a radiaciones ionizantes, sobre todo durante la infancia, dieta baja en yodo, mayor agregación en mujeres entre 30 y 50 años. Es mas frecuente en casos de antecedentes familiares, lo que se hace mas notable en una variante histológica, el Carcinoma Medular, con origen genético demostrado.

La clasificación de Carcinoma de Tiroides clásicamente se ha dividido en tumores diferenciados o indiferenciados, refiriéndose a tumores diferenciados como aquellos que mantienen características histológicas de tejido tiroideo, mientras que los indiferenciados, también denominados anaplásicos, cambian por completo la histología, conformando un tejido tumoral con unas características totalmente diferentes del tejido tiroideo, este carcinoma anaplásico, es con mucho el mas agresivo, con una alta tasa de mortalidad, pero también es el menos frecuente de todos

De la clasificación tradicional se habla de cuatro tipos de tumores tiroideos clásicos que son por orden de frecuencia el Carcinoma Papilar,  (el mas frecuente y el de mejor pronóstico), el Carcinoma Folicular, el Carcinoma Medular y el Carcinoma Anaplásico, el menos frecuente pero el mas agresivo. Existen otros tipos histológicos menos comunes, que algunos autores sitúan como formas intermedias o variedades entre los anteriores, además de otros tumores, como linfomas o metástasis, pero los mas habituales son los mencionados.

-       Carcinoma Papilar. Es el 90% de los carcinomas tiroideos, originado del tejido folicular de la glándula tiroides, mas frecuente en mujeres y tras radiaciones cervicales, en general se manifiesta como un nódulo tiroideo aislado o un nódulo diferente en el contexto de un bocio multinodular. En un 30% de los casos afecta a los ganglios linfáticos del cuello, pero esto no representa, como sucede en otros tumores, el principal factor pronóstico, pues solo causa metástasis a distancia o invasión de estructuras vecinas en fases muy avanzadas tras mucho tiempo. Tiene diferentes variedades histológicas. En general el pronóstico es muy bueno con una muy alta tasa de curaciones, superior al 90%.

-       Carcinoma Folicular, originado también del tejido folicular tiroideo, representa entre 5 y 8% de los casos de carcinoma de tirides, y aunque mas agresivo que el papilar, con una tasa de metástasis de mas de 20%, también tiene buen pronóstico, se presenta en edades superiores, mas común en mujeres y en territorios con existencia de bocio endémico.

-       Carcinoma Medular, mucho mas raro, menos del 5% de los casos de carcinoma de tiroides, originado de las células C (parafoliculares) que originan la síntesis de Calcitonina, que participa, junto con la parathormona de las glándulas paratiroides en la regulacicón del metabolismo del Calcio. Tiene presentación esporádica en 80% de los casos o familiar en el 20%, como parte de un síndrome hereditario que asocia otros tumores endocrinológicos, lo que se denomina Neoplasia Endocrina Múltiple tipo 2 (MEN2), con la mutación de un protooncogen (RET) en estos casos. Se suele presentar como un nódulo solitario tiroideo pero con tendencia a diseminación mas precoz.

-       Carcinoma Anaplásico. Es el menos frecuente, menos del 3% de los casos pero el mas agresivo con una escasa supervivencia en general. Mas común a partir de los 60 años y mas frecuente en mujeres. Se presenta como una masa de crecimiento rápido en la parte anterior del cuello, con síntomas precoces de compresión e invasión de las estructuras próximas (esófago, traquea, grandes vasos del cuello, a menudo con disfonía por afectación del nervio laríngeo inferior y con tendencia a la metástasis a distancia.

El diagnóstico del carcinoma de tiroides se basa en la Ecografía Cervical y la Punción Aspiración con Aguja Fina, así como estudio analítico de hormonas tiroideas.

La Ecografía cervical es la principal herramienta diagnóstica de imagen en la patología tiroidea y está muy sistematizada como tal con una clasificación (TI-RADS) que analiza una serie de parámetros que nos dan idea del riesgo de que un nódulo tiroideo tenga características malignas.

Según las características ecográficas del tiroides y sus hallazgos se planteará la indicación de hacer o no hacer punción, a su vez en el estudio citológico de la punción tiroidea hay otra clasificación (Bethesda) que nos aporta datos sobre la benignidad o malignidad de la misma, así como casos de sospecha intermedia y sobre como manejar estos casos. 

No se debe olvidar que en un alto porcentaje de casos hablamos de sospechas, que solo se pueden confirmar tras la extirpación completa.

Se realiza el planteamiento terapeútico con una sospecha, no con una certeza, de malignidad, por lo que es frecuente que se plantee la realización de una cirugía parcial y tras la confirmación histológica en la prueba, puedan precisar una ampliación de la cirugía en un segundo tiempo o segunda intervención. Este hecho no debemos olvidarlo pues es relativamente frecuente que se precise cirugía en dos tiempos.

Una vez sentado el diagnóstico de certeza o de sospecha de Carcinoma tiroideo, se delimita si se trata de un tumor diferenciado o un carcinoma anaplásico.

El tratamiento de elección del Carcinoma tiroideo, sobre todo el Carcinoma Papilar, el mas frecuente, es el tratamiento quirúrgico, mediante Tiroidectomía, generalmente Total. En algunos casos con tumores muy limitados en un lóbulo se plantea de entrada la extirpación de medio tiroides (Hemitiroidectomía), conociendo la posibilidad de precisar, en un segundo tiempo, una segunda intervención para extirpar el resto de tiroides, completando una tiroidectomía total. En otros casos, ante circunstancias particulares, como lesiones en ambos lóbulos, podría plantearse realizar una tiroidectomía total de entrada.

En los carcinomas anaplásicos, el tratamiento quirúrgico no es curativo sino paliativo para tratar síntomas, requiriendo un tratamiento con Quimioterapia, existiendo actualmente protocolos con tratamientos biológicos con resultados prometedores, como los inhibidores de angiogénesis, así como asociaciones de taxanos como el Paclitaxel con un fármaco que actua contra un receptor PPAR-gamma llamado efatutazone.


En caso de tumores derivados del epitelio folicular, como son los carcinomas papilares o foliculares se plantea tratamiento con Radio-Yodo, en el que se aplica un isótopo radiactivo de Yodo que se fija en el tejido tiroideo restante, por lo que es importante la eliminación completa de todo el tejido tiroideo viable.

Existen algunos casos de tumores refractarios al Radio-Yodo, en los que hay tratamientos con fármacos que actúan en estos casos.

Se ha visto que los pacientes con niveles bajos de Tiroglobulina 3 meses tras la cirugía tienen menor riesgo de recurrencia, incluso sin recibir RadioYodo.

Existen casos de Cancer de Tiroides con mutación en el gen B-RAF, con mayor riesgo de refactariedad. Se estudia si es posible aumentar la sensibilidad de estos casos actuando sobre este gen.

En los casos de Carcinoma Medular, no originado del tejido folicular se plantean otras alternativas, en general adyuvantes de la Cirugía, como son ciertas modalidades de Quimio o Radioterapia.

En general los resultados de curación en el carcinoma no anaplásico de tiroides son muy buenos, siendo el tipo histológico, la localización exclusiva en tiroides de la enfermedad y la sensibilidad o refractariedad al Radio-Yodo, algunos de los factores pronósticos mas importantes.